La experiencia de usuario es uno de los factores que determinan el éxito de una página web. Si los visitantes se sienten satisfechos con lo que han encontrado en el sitio, es posible que se produzca la conversión y, además, que decidan volver a él en el futuro. De ahí que mejorar la conocida como UX sea uno de los principales objetivos de todas las empresas y profesionales que cuentan con su propio sitio online.
Contenido
Qué es la experiencia de usuario
Conocida en inglés como user experience (de ahí que se le denomine UX), engloba todo ese conjunto de factores y elementos que inciden en la relación que tiene el visitante de una web con la misma.
Por ejemplo, si llegamos a una página buscando un determinado producto y lo encontramos fácilmente, podemos decir que la experiencia ha sido buena. Por el contrario, si al llegar a la web tenemos que pasar cinco minutos navegando por ella para encontrar la información o producto que queríamos, esa experiencia no será positiva, porque nos ha hecho perder demasiado tiempo.
Como decíamos antes, se trata de un conjunto de factores y elementos. Dentro de ellos, hay tres que son clave:
Usabilidad
Usabilidad web y experiencia de usuario son términos que se pueden llegar a confundir, pero no son lo mismo. La usabilidad forma parte de la experiencia y hace referencia a la facilidad de uso de la página.
Diseño
Se refiere a algo más complejo que la estética, porque incluye también la forma en la que se ha organizado la información dentro de la página, e incluso la adaptación del formato web a los diferentes dispositivos desde los que puede ser visionado.
Accesibilidad
Internet nos permite construir un mundo sin barreras, y hay que aprovecharlo. La experiencia de usuario web será mucho más satisfactoria si el contenido también es accesible para personas que tengan dificultades auditivas o visuales.
Por qué es importante garantizar la experiencia de usuario
Ayuda a fidelizar al público
Si el usuario se siente cómodo navegando por la web, encuentra lo que quiere y de la forma que le gusta, lo más probable es que acabe volviendo a ella una y otra vez. Además, en cada visita su estancia será más o menos larga, lo que ayuda a reducir la tasa de rebote y mejora el posicionamiento SEO.
Aumenta las ventas
Está relacionado con lo anterior. Cuanto más tiempo pasa una persona en un sitio web, más posibilidades existen de que se acabe produciendo la conversión.
Si la experiencia de usuario es buena, y se le ofrece al visitante un proceso de compra corto y sencillo, tendrá un mayor incentivo para comprar, incluso para volver a hacerlo en el futuro.
Mejora la reputación online
Si una persona tiene una buena experiencia de navegación y/o compra en una web que es positiva, no va a dudar en compartirlo con el resto de consumidores. Esto contribuye a que la popularidad de la marca aumente.
Cómo mejorar el user experience en tu web
Una buena estructura
¿Qué prefieres para llegar a tu destino, una carretera recta bien asfaltada, o una vieja carretera llena de curvas y con un asfalto deficiente? Seguro que la primera opción. Pues bien, con la navegación web pasa lo mismo.
La página debe estar estructurada de forma que el usuario pueda llegar justo donde desea de la forma más fácil y rápida posible. Si la navegación es compleja, ten por seguro que acabará abandonando la web.
La clave está en estructurar bien la información e incluir ayudas visuales que permitan saber rápidamente dónde se está exactamente en cada momento y qué hay que hacer para acceder al lugar al que se desea llegar.
Un diseño atractivo y práctico
La web debe ser atractiva desde el punto de vista estético, pero no debe quedarse ahí. El diseño debe hacer a la página más eficiente. Capaz de conseguir que, en una primera visita, el usuario pueda moverse por ella como si hubiera estado allí cientos de veces.
Por otro lado, la línea gráfica de todo el sitio debe ser coherente y uniforme. Si hemos elegido un determinado fondo y una tipología de letra, lo mantendremos en todas las secciones y subsecciones.
Que sea fácilmente legible
Cuando navegamos no leemos de la forma habitual, lo que hacemos realmente es un repaso rápido buscando la información que nos interesa. Se estima que, de todo el contenido de cada página, solo se lee realmente un 30%.
Por tanto, este debe ser fácilmente legible. Que se entienda a la primera y no resulte farragoso. Evitando el contenido de relleno. Es decir, que debe ser un contenido “escaneable” que permita localizar fácilmente lo que venía buscando.
En la experiencia de usuario influyen otros factores que también se pueden mejorar, como el tiempo de carga (que debe ser el menor posible) o el diseño responsive. En cualquier caso, para conseguir los mejores resultados, lo más recomendable es ponerse en manos de especialistas.